Poemas:

16.

¿Cuántos tablones hacen un arca?

es el problema

de toda canción el aire



cuando dejaste la taza

al lado de la cama

nadie podía imaginar el sollozo lastimero

hasta saltar las vidrios



igual no quisimos conocer tu pasado ni el recuerdo de la tarde en que

saliendo del jardín por la arboleda de tilos

te figuraste el paraíso en un verso repetido en cuatro renglones



“dame una mano, dame la otra”

era el juego en saltos



y la melodía que tu hermana tarareaba cuando Erik Satie te apretó la mano

como si fuera papá noel; mientras

agarrada a la almohada gemías asintiendo



y se escuchó el ruido de la taza contra la pared de piezas

y sobre las tablas el piso



y millones de restos esmaltados en un dibujo fragmentario

eran millones de animales hace muchos años que



hasta la embarcación por un puente de madera subían

bajo un ritmo muy

triste.







8.

No le tengo afición al deporte

las destrezas prefiero del cuerpo

cuando inmóvil yace

con lealtad



una curiosa inversión del camino

como una risa escamada

nos había permitido remontarnos y

el aire que no esperaba se alojó en el fondo reservado de la piel





¿es la precisión una propiedad?





no entiendo por qué salimos del recinto

se estaba muy lindo en el corazón de la calesa

donde se produce, “durante el verano,

una epidemia en los niños (de la naturaleza)

(de las) fiebres biliosas pútridas, complicadas

con la miliaria, (de) fiebres (biliosas) ardientes durante

el otoño”



y viviendo de traslaciones hay que andar, viviendo

como reptiles en una pecera



haciendo ejercicio

con luz eléctrica.







4.

Empieza la percepción

en el punto en que los conejos

lo he dicho al menos cien veces

mejor volando

aparecen como



esto está muy visto



las hojas que se desprenden en remolinos

un árbol mal enraizado



¡el tamaño de mi esperanza!

(poemas que hablan de gatitos, de cositas, del pasto)



Nadie como esa mujer que

dijo bajo los tilos: “Simone

se prende el pastizal

malditos camiones ciegos”



nunca volvió su fantasma

en una silueta de evidencias pasamos el rato



dejando caer el destino cuando

cuarenta peruanos en cuero



nos vendaron la vista.


*




Nota bio/bibliográfica